Limpieza general y apatía

Te despiertas y crees que has descansado. Por una parte maldices el momento en que te quedaste dormida (escuchando una maravillosa nana de tu bebe), y te olvidaste de poner el despertador, para levantarte y hacer algo de provecho en estas fechas tan señaladas, con tanto trabajo a contrarreloj... pero bueno, has descansado y te pones a desayunar para comenzar el día con energía y sustento para tu cuerpo y para tu mente. Te lavas la cara, los dientes y echas un vistazo a las ojeras que tienes desde hace unos meses... sí siguen ahí... vas a tu cuarto, haces la cama (antes abrías la ventana, ahora siempre está abierta con la esperanza de que llegue viento fresco) y vas a la ducha, te vistes y te seintas en la mesa sobre la que se encuentran los apuntes... de pronto oyes voces y no sabes cómo pero te ves sumida en la operación zafarrancho que se ha iniciado en tu casa... como no, colaboras... la colaboración termina a las 18, 30 hora a la que empiezas a retomar las actividades que aparcaste, sin darte casi cuenta, por la mañana... son las 22, 30 tu actividad ha cesado por el insoportable dolor del dedo, que ya ni puede sostener el subrayador y se lamenta!

Ni siquiera has tenido tiempo de sumergirte en la pequeña charca veraniega del patio, para refrescar la mente, pero sobre todo el cuerpo.

Te encuentras triste por alguien que perdió a otro alguien y no sabes como echar una mano... te gustaría poder solucionarlo... como todo y como todos...sólo te sale decir: anímate! y es lo que digo ahora...

... el día se está acabando y como otra veces tienes la sensación de no haber hecho todo lo que debías... si embargo ha sido un día duro.

Desde la ventana buscas una estrella, tras las luces de la ciudad y esperas impaciente la nana de esta noche, con la que te despedirás de este día.

Waterlily

pd.: Hobbes vuelve!

pd.: Te quiero Senko.