De vez en cuando merece la pena pararse a pensar sobre algunas cosas, que por ser algo cotidiano en nuestro día a día, pasan absolutamente desapercibidas.

Un ejemplo es el agua. Todos los días somos bombardeados con mensajes en los medios de comunicación reclamando realizar un consumo racional del agua, ahorrar un bien tan preciado...etc. pero somos realmente conscientes del mensaje. es decir, nos damos cuenta de la importancia del agua en nueestras vidas.

No me refiero sólo al hecho de que bebemos agua,sino más bien a que la mayoria de las reacciones y procesos en nuetro organismo requieren de la presencia de esta peculiar molécula. el agua cuando cae desde el cielo nos produce una sensación de euforia y bienestar interno provocado por el empurecimiento del aire que respiramos. Tanto es así que hay algunos a los que en la ducha les es imposible dejar de cantar. el agua limpia nuestro entorno, enverdece los prados y hace que los árboles que nos dan cobijo del sol extiendan sus ramas hacia el cielo. El agua esta en continuo movimiento por nuestro planeta y modifica los minerales para en ciertas ocasiones convertirlos en beneficios para nuestras empresas. Es el medio ambiente para infinidad de especies, e incluso permite a algunos animales de tamaños increíbles como las ballenas moverse con la habilidad que de ninguna otra forma tendrían. Tan importante es que hasta da color a nuestro cielo (por la reflexión del agua del mar sobre las partículas de la atmósfera)

No quiero exterderme más en la infinidad de cuestiones en las que el agua tiene una enorme importancia (pues hay muchísimas más). Solo os diría que pensaraís, aunque fuera por un momento, en estas cosas al abrir el grifo, beber un trago de agua o cuando miraís el cielo azul en un día de primavera, y entonces a lo mejor comenzamos a cuidar este recurso tan increíble y cada día más escaso.

Que mejor imagen para el agua que la de dar vida sobre una estéril roca, en la alta montaña, a un pequeño musgo en un día de primavera.